domingo, 25 de octubre de 2009

Comenzando - Las Preparaciones Básicas

...para empezar este trip vayamos conociendo las preparaciones básicas que se necesitan para realizar preparaciones con el rico y hermoso cannabis...


Harina de marihuana.

Puede hacerse de hojas o de cogollos. El principal requisito es que la marihuana esté bien seca.
Si no es así, si no está crujiente cuando la prensas entre los dedos, puedes acabar de secarla en
el horno. A no más de 100°C, un tiempo aproximado pueden ser 15 minutos. ¡Cuidado que no
se te queme la hierba!

En el caso de las hojas, debes hacer un concienzudo trabajo de limpieza: separar las hojas de
los tallos y ramitas, que se desechan. Luego sólo hay que moler las hojas, por ejemplo en una picadora. Si luego pasas la harina por un molinillo de café, obtendrás un polvo muy fino que es mejor para cocinar. Si quieres, puedes tamizar la harina para acabar de eliminar restos indeseables, en el caso de que hayas usado hojas. La harina puede guardarse en la nevera o el congelador.

Ten en cuenta que las recetas que elabores a partir de la hoja de marihuana tendrán un característico color verde. Si usas menos hierba de la que figura en una receta, deberás reemplazar la cantidad que falte para llegar a la cantidad total con harina de cereal (de trigo, de maíz...). También si en una receta has sustituido la harina de hojas por mantequilla o aceite de marihuana, acuérdate de añadir la cantidad equivalente de harina de cereal.
Extractos

Hacer un extracto significa liberar el THC de los tricomas de la marihuana y fijarlo en una sustancia adecuada. En el caso del cannabis, esta sustancia puede ser aceite (o una sustancia grasa como la mantequilla) o alcohol. De esta manera obtenemos un líquido muy potente que luego podemos usar fácilmente en un gran número de recetas, bebidas... Los extractos, a diferencia de lo que ocurre con la cocina con hojas, no aportan el color verde intenso a la receta.
Resulta práctico, ya que nos ponemos, hacer bastante cantidad y usarlos como comodín para numerosos platos. Se puede conservar en la nevera o el congelador.


Mantequilla de marihuana.

Ingredientes:
100 g de hoja de marihuana
1 y ¼ 1 de agua
500 g de mantequilla
(Por cada 50 g más de hoja añade 100 g de mantequilla y 250 mI de agua)

Pon en una cazuela todos los ingredientes y llévalo a ebullición. Tapa y déjalo hervir a fuego lento entre una hora y media y dos horas, removiendo de vez en cuando. Retira la mezcla del fuego cuando veas que ha ligado (agua, mantequilla y hojas ya son uno), pero aún es líquida.
Cuela la mezcla. Lo que te interesa es el líquido filtrado. Exprime bien las hojas para sacarles todo su contenido, toda la mantequilla que hayan absorbido.

Deja reposar el líquido hasta que la mantequilla se separe del agua. Mételo así en la nevera o el congelador. Cuando la mezcla esté fría, la mantequilla se habrá solidificado totalmente sobre el agua, que no debe llegar a congelarse. Ahora puedes extraerla fácilmente. El agua no sirve para
nada. Si quieres guardar la mantequilla de forma más cómoda, déjala entibiar y moldéala en forma de bloque. Consérvala en la nevera o congela una parte.

Ciento veinticinco gramos de esta mantequilla de marihuana equivalen a un poco más de 25 gramos de hoja. Por tanto, divide entre 5 la cantidad de mantequilla que vayas a usar en una receta para saber a cuántos gramos de hoja equivale. O, lo que es lo mismo, si partes de una receta calculada con harina de hoja y quieres emplear mantequilla, multiplica por cinco los gramos necesarios.


Aceite de marihuana.

Ingredientes:
100 g de hoja de marihuana.
¼ 1 de agua.
500 mI de aceite

Sigue el mismo proceso que para hacer la mantequilla, pero para enfriar el líquido cuando lo hayas hervido, filtrado y dejado reposar, mételo en el congelador en vez de en la nevera. Debes dejar que el agua se congele para poder separar mejor el aceite. Una vez hecho todo este proceso guarda el aceite en la nevera.
El grado de concentración es igual que el de la mantequilla. Una dosis individual tanto de mantequilla como de aceite es una cucharadita de postre, rasa.


Alcohol de marihuana.

El alcohol es, además de las grasas, el otro gran diluyente de los tricomas ricos en THC. A partir del alcohol puedes hacer extracto de marihuana (que no sirve para cocinar, tiene todavía una alta concentración de alcohol) o concentrado, que es el que se usa en cocina.
Para hacer extractos y concentrados de alcohol hay que eligir licores de alta graduación (ron, vodka, whisky, ginebra...). Son, sin lugar a dudas, los más eficaces. Aunque si hay algún otro licor que se encuentre entre tus bebidas favoritas, puedes usado también, claro, sólo que no será tan eficaz. En todo caso, el proceso es el mismo sea cual sea la graduación:
Pon 100 g de hoja de marihuana en un bol grande y cúbrelas con 1 litro del alcohol que hayas elegido. Remueve bien la mezcla, asegúrate de que las hojas quedan en el fondo, tápalo y déjalo reposar como mínimo dos días. Luego cuela la mezcla, exprimiendo las hojas a conciencia, y guarda el líquido resultante en una botella. Yo te recomendaría que además le pusieras en un lugar bien visible una etiqueta de advertencia, o el símbolo de alta tensión, pues acabas de fabricar un elixir potente que debe tomarse con mucha moderación. ¡Toma una sola copa de este licor! Si aumentas la dosis, no conseguirás multiplicar los efectos psicoactivos,
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sino la sensación de mareo, que es el efecto que produce mezclar grandes cantidades de marihuana y alcohol.


Concentrado de marihuana.

El concentrado, que se hace también a partir del alcohol, es el que se usa en cocina. Su nivel de alcohol es mucho menor que en el extracto, lo que está más concentrada es la marihuana.
Para hacer el concentrado, empezamos de la misma manera que con el extracto: disponemos 100 g de hoja de marihuana en un bol y las cubrimos con 1 litro del alcohol elegido. Removemos, tapamos y lo dejamos reposar dos días como mínimo. Pero pasado este tiempo, en vez de filtrarlas y envasadas, lo que hacemos es quitar la tapa y dejar la mezcla al aire durante toda una noche. El líquido debe reducirse a la mitad. Entonces sí lo filtramos y exprimimos bien las hojas. Deberemos tener medio litro de concentrado. En este punto, el volumen de alcohol se habrá evaporado tanto que ya podemos calentarlo sin peligro de incendio. Calienta el medio litro de concentrado a fuego lento, hasta que se reduzca a la mitad, y tienes el resultado final, que es un cuarto de litro de concentrado de gran potencia. Piensa que media cucharadita de postre de este líquido equivale a 1 g de hoja.

MUY IMPORTANTE: Respeta las dosis y sé preciso en las mediciones.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

bien para los que empezamos, gracias. que piensas del tema temperatura con el aceite?, seria mejor hacer una extraccion en frio?, y que aceite seria mejor? saludos

Anónimo dijo...

SEVERO MARIMBA ME APODAN JUAJUA

PoKioX dijo...

En general no es recomendable freír con aceite de cáñamo. De hecho, no es aconsejable que ningún aceite llegue a más de 95ºC, porque los ácidos grasos esenciales que puede contener se deterioran. El aceite más recomendable para calentar es el de oliva.

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